Mujeres en el mundo de la Energía
Este mes de la mujer en DICEL queremos dedicar un espacio para dar a conocer la importancia de grandes mujeres a lo largo de la historia, en las diferentes ciencias que han aportado al desarrollo de tecnologías eléctricas.
Marie Curie
Esta mujer es uno de los personajes más importantes del panorama científico. Junto a su esposo, dedicó gran parte de su vida a estudiar la radioactividad consiguiendo grandes avances y consiguiendo aislar dos elementos: el polonio y el radio.
Marie Curie ayudó a sentar las bases de las centrales nucleares, donde se produce electricidad hoy día. Fue la primera persona en la historia en conseguir dos premios Nobel en dos campos diferentes, Física y Química.
Hertha Marks Ayrton
De origen inglés, casada con el físico William Edward Ayrton. Luchadora infatigable por el sufragio femenino, protectora de las mujeres perseguidas por pedir el derecho al voto y gran amiga de otra excelente científica, Marie Curie. Herta estaba especializada en ingeniería eléctrica. Sus trabajos sobre el arco eléctrico permitieron mejorar los sistemas de alumbrado urbano. En 1899, fue la primera mujer en leer los resultados de sus investigaciones ante la Institution of Electrical Engineers, un privilegio que le negó la Royal Society porque era mujer.
Fue el ingeniero irlandés John Perry quien leyó los trabajos de Herta Marks Ayrton en la Royal Society en 1901.
Edith Clarke
De origen americano, fue la primera mujer ingeniera eléctrica, la primera en sacarse un diploma del MIT en 1918 y la primera profesora de Ingeniería eléctrica. Escribió el manual Circuit Analysis of A-C Power Systems, libro de texto de referencia en el campo de la ingeniería de la energía.
En una entrevista declaro: “No hay demanda de ingenieros mujeres… pero siempre habrá demanda para cualquier persona que pueda hacer bien su trabajo”.
Maria Telkes
Nació en Budapest, donde obtuvo su doctorado en Fisicoquímica. Se trasladó a los Estados Unidos, trabajando en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts). Fue una extraordinaria inventora en el campo de la energía solar; diseñó el que se conoce como primer sistema de calefacción solar instalado en una casa en Dover en 1948.
También el primer generador termoeléctrico en 1947, una cocina solar con un diseño que, con algunas variaciones, se sigue usando hoy en día e incluso un sistema de destilación solar que fue incluido en los kits médicos del ejército para potabilizar agua.
Realizó grandes avances en la investigación sobre materiales para almacenar energía térmica, incluyendo sales fundidas. En 1952 fue reconocida su labor cuando se convirtió en la primera receptora del premio de la Sociedad de Mujeres Ingenieras.
Además, también recibiría en 1977 el Premio Charles Greeley Abbot. La labor y esfuerzo de esta gran mujer se puede calificar sin ninguna duda como de una enorme contribución a la calidad de vida de toda la humanidad.